Desde que tengo uso de razón he disfrutado entre fogones.
A lo largo de mi vida he ido apuntando en unas libretas todas aquellas recetas que me sorprendían y que quería reproducir al llegar a casa.
Por eso cuando campericé mi furgoneta y empecé a viajar en ella no me conformé con comer bocadillos o macarrones con tomate.
La llegada de mis hijos hizo que el orden y la planificación se convirtieran en algo obligatorio, con lo que mis libretas de recetas se fueron profesionalizando hasta alcanzar el nivel de “friki”.
De eso trata este libro de recetas para furgoneta, de cocinar con ingredientes sencillos que puedas encontrar en la más pequeña tienda de un pueblo de montaña. De utilizar los mínimos utensilios posibles, sin las comodidades ni el espacio de una cocina de verdad.
Todo ello sin renunciar a una dieta variada, equilibrada y divertida.
Además de las recetas, vas a encontrar consejos de aquello que no puede faltar en tu furgoneta camper, ideas de menús para toda la semana y plantillas para incluir tus propias recetas en el libro.