Después de restaurar todo el sistema eléctrico, y con chispa en las bujías tenía mucho ganado de cara al arranque de la Benelli. Si el funcionamiento de un motor dependía de la entrada de mezcla (aire y gasolina) desde el carburador y de la entrada de chispas a través de la bujía, ya había recorrido la mitad del camino. Tocaba carburación de un motor de dos tiempos.
Lebrijana suponía dos retos nuevos para mí: era la primera vez que me enfrentaba a una bicilíndrica, y también la primera moto de dos tiempos que pasaba por el taller, de forma que iba a tener que emplearme a fondo.
Me habría venido bastante bien tener por aquel entonces un libro de mecánica de motos para principiantes.
Después de constatar que había chispa en las bujías, le había llegado el turno a los carburadores. Ambos presentaban un estado lamentable por fuera y no quería imaginarme como estarían por dentro. El cable que conectaba uno de ellos con el puño de aceleración estaba roto y lo mismo ocurría con el starter del otro.

Carburador Benelli 250 Elettronica 2C
El starter, o simplemente “aire”, es el mecanismo que permite una entrada adicional de aire en el carburador cuando la moto está fría, para facilitar el arrancado. (Más aire que entra, más gasolina que arrastrará).
Desmonté el filtro de aire, que era común para ambos carburadores y lo sumergí en gasolina para su limpieza. El filtro se ubicaba en una caja metálica que habría que pintar.

La función del filtro de aire es impedir la entrada de partículas de polvo y otros elementos sólidos en carburadores y motor, que puedan dañarlos.
Con los carburadores accesibles me dispuse a desmontarlos y abrirlos. Lo que me encontré en su interior daba fe de lo difícil que lo tendría la moto si quería arrancar. La inactividad de la misma durante tantos años había provocado que se formase una capa verdosa de suciedad y gasolina descompuesta, que obstruía todos los chiclés e impedía el ascenso de la gasolina a través de los mismos.



Los sumergí en Zotal y esperé a que el limpiador hiciera efecto.
Respecto al cable que transmitía la orden de acelerar desde el puño hasta el carburador, al tratarse de una moto bicilíndrica, se bifurcaba en dos para llegar a ambos carburadores. Esto se conseguía mediante una pieza cilíndrica que se encontraba en buen estado. Para conseguir un cable de la medida exacta, corté un cable estándar y preparé un terminal con estaño fundido.

Mientras hacía las pruebas de arranque tendría que valerme el apaño y, a simple vista, parecía que cumplía con su función.
Funcionamiento de un motor de dos tiempos
A diferencia de la Sanglas (Primitiva y Raimunda) y la Ducati (Afortunada), la Benelli se trataba de una moto de dos tiempos.
La diferencia principal entre un motor de 2 tiempos y uno de 4 es que, mientras el de cuatro tiempos (motor que tiene cualquier automóvil convencional) tiene que dar dos vueltas de cigüeñal para completar un ciclo (el pistón sube dos veces dentro del cilindro por cada explosión), en un motor de dos tiempos el ciclo se completa en una única vuelta de cigüeñal (el cilindro sube una única vez).


Algunas diferencias notables entre ambos motores son la ausencia de válvulas en el de dos tiempos, ya que es el propio pistón el que permite o no la entrada de mezcla, o la forma de lubricación del motor, que se realiza a través del aceite del cárter en motores de cuatro tiempos, y mediante aceite mezclado con la gasolina en el de dos.
Para una misma cilindrada, el motor de dos tiempos desarrolla una potencia superior, al producirse una explosión en cada vuelta del cigüeñal. Tanto es así, que la Benelli, siendo de 250cc, desarrolla 32CV, frente a los 25CV de la Sanglas (400cc) y los 22CV de la Ducati (350cc).
Por otra parte son motores mucho más contaminantes, al quemar aceite junto con la gasolina, y con un mayor consumo.
Si te interesa el tema, explicamos el ciclo real de un motor de cuatro tiempos en esta entrada.
Después de esta explicación teórica, los carburadores ya debían de estar limpios, los saqué del Zotal, los froté y limpié los chiclés con aire comprimido.


Una vez montados los carburadores y arreglado el cable del acelerador, sólo restaba cruzar los dedos y accionar el pedal de arranque.
No tenía ninguna esperanza de que arrancara, dado que para conseguirlo con la Sanglas o la Ducati había tenido que pasar numerosos y largos días en el taller.
Puse mi maltrecho pie en el pedal, lo accioné y la moto arrancó a la primera. Me dio un susto de muerte, pues no esperaba ni por asomo que la moto reaccionara tan rápido a la restauración, pero sin duda, la mayor sencillez del motor de 2 tiempos, había ayudado a conseguir resultados tan tempranos.